martes, 1 de mayo de 2012

Un armario con espejo en la entrada

Esta entrada es grandecita en relación con el tamaño del apartamento, bastante pequeño. Al principio tenía puesto un taquillón y un cuadro en el lugar que ahora ocupa el armario. La misión del taquillón era sostener el teléfono y guardar algunas cosas, pocas y pequeñas, en los 2 cajoncitos y las 2 puertas que tenía. 
Unos años más tarde, cuando fue necesario buscar más espacio, decidí sustituir el mueble y el cuadro por un armario fijo desde el suelo hasta el techo.



Aproveché las paredes izquierda y trasera, que ya existían, y añadí la de la derecha, de Pladur.  La pintura y el rodapie hacen el resto, pareciendo que hubiera existido desde siempre.




El forrado interior en madera, baldas y barras hacen el resto, complementado con puertas de espejo, que hacen que la amplitud anterior permanezca visualmente. 




En este caso, sé que podría haber conseguido un conjunto más económico prescindiendo de la calidad del interior y de las puertas, pero pienso que hay cosas en que es mejor no escatimar, sobre todo en aquellas de larga duración. En ésas, al final, lo barato sale caro, mientras que la buena inversión nos durará y la disfrutaremos en buen estado durante muchos años, amortizándola con creces.



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